¡Otra ley más, como si no tuviéramos bastante en las empresas! Con toda la razón es lo primero que nos viene a la cabeza.
La nueva Ley 11/2018 sobre Información no Financiera y Diversidad, fue aprobada a finales del año pasado y tiene aplicación inmediata en la formulación y presentación de cuentas del ejercicio 2018, obligando a un esfuerzo extra a las empresas afectadas.
Dejando un momento de lado la natural queja, permítanme que haga una reflexión diferente: ¿y si esta ley viene a resolver muchos de los problemas que estábamos teniendo en las empresas? Solo citaré algunos:
- Dificultad de capturar y retener talento por una baja percepción de los candidatos sobre los valores de la empresa.
- Baja fidelidad de los clientes, que buscan compromisos de las compañías ante retos sociales y ambientales, y que juzgan nuestra reputación.
- Creciente incomprensión y desafección de la sociedad hacia los empresarios.
- Competencia desleal de compañías de otros mercados, con estándares éticos, laborales y sociales más bajos.
- Exigencias de transparencia de inversores y entidades financieras.
Para muchas empresas no es algo nuevo, pues desde hace ya algunos años trabajan y reportan estas cuestiones. Nosotros llevamos desde nuestros orígenes en 2002 desarrollando estrategias de sostenibilidad en compañías líderes y ayudándolas a construir y verificar su información no financiera. Pero a pesar de ello, existían tres grandes críticas de algunos grupos de interés que afectaban a la credibilidad estos compromisos: que la información la emitían las propias empresas y no era homogénea entre ellas; que no estaba verificada de forma independiente; y que había poca transparencia.
En este contexto, soy de la opinión de que la nueva Ley 11/2018 resuelve de un solo golpe la mayoría de estas debilidades y fortalece la gestión de las empresas, de sus administradores y de los equipos directivos profesionales y honestos en su gestión. La ley, desarrollo de una directiva europea, nos da un marco homogéneo de obligaciones de reporte y transparencia para todas las empresas europeas. Nos permite poner en valor muchos de los compromisos y esfuerzos corporativos, agrupa en un único mensaje la demostración del cumplimiento de la gran cantidad de legislación no financiera existente y nos permite conectar con nuestros grupos de interés, mejorando nuestra reputación.
Cierto es que soy de naturaleza positiva, pero realmente creo que en esta ocasión, el esfuerzo de cumplimiento de la Ley 11/2018 nos va generar un gran valor real a las empresas y a la sociedad.