Ante los desafíos de la sociedad, ¿es la colaboración más necesaria que nunca?​

desafíos

El abordaje de la sostenibilidad está correlacionado con el involucramiento de los grupos de interés lo que supone un desafío para las empresas

Como sociedad enfrentamos grandes desafíos que necesitamos abordar de forma colectiva, integrando los recursos y capacidades de diferentes agentes, incluso de cada uno de nosotros como ciudadanos. La incidencia de la pandemia nos ha recordado que somos vulnerables, volteándonos hacia riesgos a los que veníamos estando expuestos de manera incremental, incluso ya materializados en impactos. Es el caso del cambio climático y sus efectos sobre la economía, la salud, biodiversidad, y en otros tantos aspectos. Otro recordatorio de este último tiempo ha sido lo desigual de nuestras sociedades, especialmente en entornos como nuestros países en América Latina y El Caribe, en el acceso a la salud, la tecnología, y la capacidad de ahorro para abordar circunstancias excepcionales.

La Agenda 2030 nos plantea una serie de prioridades de acción bajo la forma de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, construida también desde la colaboración bajo el liderazgo de Naciones Unidas. Cualquiera de las metas comprendidas, requiere de esfuerzos conjuntos por parte de las administraciones públicas, empresas, academia, organizaciones de la sociedad, y cada persona de manera proactiva.

Los proyectos colaborativos tienen este efecto multiplicador, por sobre iniciativas aisladas. Se trata de aquellos proyectos o programas en que se integran las capacidades de diferentes agentes, económicas y técnicas, con un mismo propósito. Es el caso de los fideicomisos para la acción social (que materializan colaboraciones de donantes), y que hemos visto como fórmula destacada del sector privado para atender la emergencia sanitaria generada por el COVID, de las asociaciones público-privadas, entre otros ejemplos.

La madurez es diferente según el modelo, buscando avanzar hacia las iniciativas de impacto colectivo. Estos últimos casos son los más avanzados, con compromisos de largo plazo. Se produce el involucramiento de los agentes en la definición de la estrategia y monitoreo de los resultados, con la implementación por parte de terceros y/o de personal de las propias organizaciones siempre que sean especialistas en la actividad que están desarrollando.
Se maximizan los impactos por las sinergias entre las aportaciones. Permiten aplicar economías de escala en el acceso a recursos y en la operativa; el hecho de que se compartan los aprendizajes, hace a los diseños más robustos en unaprimera instancia y facilita la capacidad de respuesta a lo largo de su implementación. Cuando hablamos de maximizar, no sólo se trata del alcance en términos de número de beneficiarios, sino de la profundidad de las transformaciones.

El abordaje estratégico de la sostenibilidad en las compañías está estrechamente correlacionado con que se planteen iniciativas vinculadas con sus actividades y grupos de interés. ¿Está esto conectado con poder desarrollar modelos colaborativos? ¿O atender esos grandes desafíos de la sociedad? Sin duda sí. Las compañías se concentrarán en aquellas de sus actividades relacionadas con esos desafíos, ya sea que contribuyen a la problemática o a la solución. Además, trabajarán con aquellas empresas que comparten el entorno de operación, donde sus impactos no sólo coexisten, sino que se potencian. Sumarán además a los modelos a las organizaciones sociales, más conectadas con la población, y el desarrollo de conocimiento e innovación de la academia, junto con las administraciones públicas por su corresponsabilidad sobre aspectos sistémicos, múltiples dimensiones.

Sin duda, el potencial es enorme y la colaboración es más necesaria que nunca.

Publicado por: