La información de desempeño ambiental, social y de gobernanza (ASG) ya es clave para la toma de decisiones de un número creciente de inversionistas.
La comunicación de aquellas compañías que venían transparentando su desempeño tenía un enfoque multistakeholder; ahora se encuentran ante la tesitura de tener que profundizar en requerimientos adicionales por parte de uno de sus grupos de interés, de especial significancia por su rol de garante de recursos.
En este escenario, han proliferado las solitudes de información ASG desde el mundo financiero, a través de cuestionarios directos de los inversionistas (ej. los fondos de pensiones), calificadores (como S&P) e iniciativas de marcos y estándares de reporte para atender a dicho público (ej. SASB); estas últimas pueden abarcar varias temáticas o ser específicas, caso de los riesgos y oportunidades de cambio climático (ej. recomendaciones del Task Force on Climate-related Financial Disclosures, TCFD). Se siguen sumando nuevos participantes a este escenario, con el recién constituido Task Force for Nature Related Disclosures (TNFD) y la decisión de la IFRS Fundation, responsable de los estándares de contabilidad financiera de uso generalizado (IFRS Standards), de trabajar en estándares para la información ASG.
A nivel global existen además diferentes movimientos para intentar integrar la creciente variedad de iniciativas de reporte (marcos y estándares), como la planteada desde el International Business Council (IBC) del World Economic Forum (WEF).
Las compañías tienen la oportunidad de avanzar en su transparencia y atender estos requerimientos. Es necesario partir de un primer entendimiento: la diferencia entre dos bloques de información claramente diferentes: 1) aquella sobre cómo su desempeño impacta en el entorno y en los diferentes grupos de interés (ej. las emisiones de la operación que contribuyen al cambio climático); y 2) la relativa a cómo su desempeño y el contexto influyen en la propia compañía, más concretamente, en su estabilidad financiera (ej. impacto del cambio climático en el valor de los activos).
Esta dicotomía ya está siendo resuelta por diferentes compañías a través de la integración en un mismo informe de los Estándares GRI (para atender el bloque 1) y SASB (para atender el bloque 2), además de sumar otros casos específicos por tópicos (como las y señaladas recomendaciones de TCFD).
Los informes anuales cobran mayor relevancia que nunca, lo que se traslada al empuje de la alta dirección y la activa participación de las diferentes áreas de la compañía. La evolución de memorias de sostenibilidad a informes integrados que venía produciéndose especialmente en las empresas listadas, se traslada ahora también al campo de los indicadores.
Quién es quién en estos estos ejercicios de integración, los dos principales participantes:
Global Reporting Initiative (GRI), el veterano del equipo. Responsable de los Estándares de referencia para la comunicación del desempeño extra financiero con un enfoque de respuesta a múltiples grupos de interés, especialmente utilizados en América Latina.
Sustainability Accounting Standards Board (SASB), el nuevo integrante que está cambiando la dinámica. Impulsor de estándares sectoriales que responden a los temas críticos para inversionistas porque son de mayor riesgo para los resultados económicos, modelos de negocio y proyección financiera de las compañías en el tiempo.
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